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Bienvenidas y bienvenidos a NTJ o No Tenemos Jefe, el podcast donde hablamos de emprender con valores o de no vender humo, ¡lo que nos dé la gana! Podemos ir de lo más técnico a lo más banal… si es que hablar de no vender humo es banal.
¿Y quiénes hacemos este podcast? Pues Alberto González, Adrià Tarrida, Roberto Aresena y un servidor, Valentí Acconcia, todos emprendedores que no vendemos humo, lo prometemos.
Empecemos con el tema de hoy que, como habéis podido comprobar, es el hecho de vender humo.
Vendehumismo ilustrado, vender humo, jugar con las expectativas, engañar… podemos llamarlo de muchas maneras, lo que está claro es que no nos gusta. Se puede vender humo de muchas formas, a veces inconscientemente, en ocasiones de forma premeditada. Y hoy hablaremos de todas ellas. Pero para empezar, una anécdota profesional.
La primera se remonta a cuando empecé a labrar mi carrera en el mundo del crowdfunding. Mientras investigaba plataformas y compatibilizaba mi investigación con mi trabajo a tiempo completo, me empecé a meter en una organización de emprendedores (o eso creía yo). Resulta que la organización en cuestión quería, convertir a Barcelona en la ciudad más emprendedora del mundo. Ahí es nada, con permiso de Silicon Valley y tal… ¿Y qué me encontré allí? Pues básicamente a un montón de emprendedores senior que tomaban “prestado”, por decirlo de algún modo, el talento de jóvenes con ganas de emprender. El procedimiento era sencillo y os lo voy a explicar.
En primer lugar se planteaban unas acciones, por ejemplo, crear la web de la asociación, hacer un vídeo y organizar un evento. En segundo lugar los “seniors” se encargaban de distribuir el trabajo entre todos los participantes de la asociación. La mayoría de ellos emprendedores jóvenes con ganas de hacerse un hueco en el mundillo emprendedor. Y en tercer lugar los emprendedores jóvenes trabajaban, sin cobrar, por supuesto, para que quienes saliesen en la foto fuesen los líderes de la asociación. Es decir, los seniors. Y que no se te ocurriese pedir cobrar, por favor, eso era sacrilegio. Debías apoyar la causa.
¿Y en qué se concretaba todo? En una serie de acciones realizadas por personas que no cobraban para que otras personas hiciesen negocios con sus empresas. Pero, para nada, para conseguir la misión que se proponía la organización. Es decir, en realidad, se vendía humo.
Y ahora sí, vamos a por el episodio de hoy, que lidero yo (lo sé, muy a vuestro pesar).
Sección: La venta de humo
La herramienta vendehumos.com desarrollada por Bosco Soler y Ángel Rodríguez nos deja claro cuánto humo vende una página web. En este mundo digital en el que vivimos a veces nos vemos sumidos en un vendehumismo exagerado. Páginas que prometen “las mejores” condiciones, “los mejores” servicios.
Recuerdo cuando estábamos en Projeggt que nos alucinaba la cantidad de plataformas que se presentaban como “la primera que…”. Nos parecía ridículo. ¿Qué clase de ventaja representa ser “el primero” en crear algo. ¿No sería mejor hablar de lo que haces? Pero no, parecía que decir que eras “la primera plataforma de crowdfunding en la que el CEO comía donettes” ya era suficiente para tener éxito. Y no, no debería serlo.
¿Y por qué digo “debería”? Narices, porque en este mundo en el que vivimos también vender humo trae éxito en ocasiones. Hay gente que por la audiencia que maneja parece que tienen que ser los amos del universo. Pero luego te pones a trabajar con ellos y te das cuenta de que lo que hacen es explotar a otras personas y llevarse su mérito. Lamentable. Pero ocurre.
La definición de vender humo
Y ahora, vayamos al origen del término. Vender humo es, por definición de la RAE, «tratar de convencer con palabras o argumentos carentes de sentido». Y el vendedor o la vendedora de humo es «aquel o aquella que, basándose en sus dotes verbales y en algunos trucos no muy creíbles, se exhibe ante los demás queriendo demostrar lo que realmente no sabe o no posee». Si nos vamos al origen del término nos podemos remontar a la época romana, en la cual el término ya se usaba y fue adoptado del Derecho Romano. En él se define como «venditio fumi» a las «promesas falsas» que se realizan para obtener un favor de un funcionario público.
En definitiva cuando estamos ante un o una vendehúmos, cuidado. ¿Por qué? Básicamente porque caeremos en su engaño si asumimos que las virtudes que exhibe son reales. El problema es que muchas veces no son fáciles de detectar. Y, en ocasiones, incluso la persona que vende humo no es consciente de que lo hace. Solemos tener una impresión de nosotros mismos que es mejor que nuestra versión real. Por lo menos muchos de nosotros, los humanos. Aunque hay de todos, ya hablamos del síndrome del impostor en algunos episodios anteriores. ¿Y qué ocurre cuando te encuentras con alguien que está convencido de que es más profesional y mejor que lo que realmente es? Pues que te tocarán dos cosas. Descubrir la realidad y asumir una desilusión.
Y ahora vamos a por el tema de las expectativas. ¿Es una venta de humo cuando algo recibe un servicio que es peor que el que pensaba que iba a recibir? Bueno, pues depende. Si realmente quien ofrecía el servicio lo vendió como manifiestamente mejor de lo que realmente fue, pues entonces estamos ante una venta de humo. Pero cuando lo que ha ocurrido es que el cliente se imaginó un servicio mejor que el que iba a recibir. Aquí, quizás, el problema lo tiene el cliente. O no, porque, ¿no es quien ofrece el servicio el responsable de aclarar lo que éste incluye? Al final no olvidemos aquello de que “el cliente es el rey”. Si está descontento, por algo será.
Las entrevistas de trabajo
Vamos con un tema interesante que a veces no se asocia con la venta de humo pero que para mí lo es claramente. Las entrevistas de trabajo. ¿Cuántas veces en una entrevista de trabajo se ofrecen beneficios a futuro? Del estilo, te subiremos el sueldo en un año. O, esta es mi preferida, aquí harás carrera. Y luego, con el paso de los años, todas esas promesas en realidad no se cumplen. Eso debería considerarse una venta de humo en toda regla, pero parece que no se critique tanto como se debería.
Las redes sociales
Y me gustaría acabar con una reflexión final antes del debate. ¿Cuánto humo hay en las redes sociales? ¿Caemos en ocasiones en una falsa felicidad compartida con nuestros semejantes para luego caer en el sofá de casa a llorar apretados contra el cojín? Puede ser que en muchas ocasiones esto que acabo de relatar sea una realidad. Últimamente estoy bastante puesto en analizar Tik-Tok y me he dado cuenta de que hay una tendencia clara hacia la honestidad. Hay tik-tokers que hablan sin tapujos de lo duro que es exponerse en las redes. De la presión que sienten por sus fans y haters. De los comentarios duros que reciben. Me parece interesante que estemos dándole una vuelta a este tema. Que las personas se den cuenta de una vez que todos somos auténticos. Que no hace falta vender humo, que lo que hace falta es encontrar la pasión de cada uno. Y dedicarse a ello hasta que se extinga nuestra llama vital.
Y ahora sí, vamos a por el debate, que si no me pondré tierno…
Debate y preguntas
- ¿Alguna vez habéis vendido algo sin poderlo luego llevar a cabo?
- ¿Alguna vez os habéis tenido que enfrentar a un o una vendehumos?
- ¿Recordáis algún producto o servicio que recientemente no haya cumplido con vuestras expectativas?
- ¿Qué opináis de The Power MBA? 😱😱😱
Enlaces de interés
- ¿Cuánto humo vende Valentí en su página?
- ¿Cuánto humo vende No Tenemos Jefe en su página?
- Artículo en el diario Clarín sobre vender humo.
- El Fog Seller de Roberto.
- To sell snake oil.
- Tweets sobre The Power MBA.
Cierre
Gracias por estar ahí, al otro lado del micro. Nos despedimos hasta el miércoles que viene a las 12:12 horas. Aunque nos podéis escuchar cuando os dé la gana, que para eso esto es un podcast.
¡Hasta el miércoles que viene, os deseamos muy buenas y creativas jornadas!
Paula Baldó dice
¡Hola!
Me gusta muchísimos vuestro podcast, pero con este programa he disfrutado especialmente.
Me habéis recordado a un post que escribí hace un año que no hace falta que os leáis pero sí os recomiendo que veáis el corto de animación que le acompaña, está fenomenal: https://www.envirall.es/eres-un-vendehumos-ambiental/
Aprovecho para comentar que yo estuve a puntito de caer en el Power MBA, pero decidí que no era el momento de gastar el dinero en ese tema y casi que menos mal. Por cierto, que en teoría ellos dicen que no son un máster, pero cuando te dan el diploma digital sí que pone la palabra «máster» (se lo he visto a varias personas en Linkedin).
Y no me enrollo más, ah bueno, sí, una cosa. A ver si un día hablo con vosotros con calma para ver si os apetece a alguno (o a los 4) salir en mi podcast sobre sostenibilidad y emprendimiento (se llama «Vendrán Lluvias Suaves»). ¡Nos escuchamos!
vanacco dice
¡Hola Paula! Estaremos encantados de hablar contigo para ir a tu podcast. Nos puedes escribir a través del formulario de contacto de la web y vamos concretando. Gracias por tus palabras y la valoración positiva que haces del podcast. ¡Nos seguimos escuchando!
Adrià Tarrida dice
Hola Paula,
Gracias por tu comentario y por el gran trabajo que hacéis desde Envirall. Me ha gustado mucho tanto el artículo como el corto de animación… ¡Será genial aparecer en tu podcast! Tiene muy buena pinta y ya me he suscrito para escucharte durante las vacaciones. ¡Un abrazo y hasta pronto!