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Bienvenidas y bienvenidos a NTJ o No Tenemos Jefe, el podcast donde hablamos de emprender con valores o de cómo evitar trabajar mientras le das el biberón a tu hijo (o hija), ¡lo que nos dé la gana! Podemos ir de lo más técnico a lo más banal… si es que hablar de la conciliación es banal.
¿Y quiénes hacemos este podcast? Pues Alberto González, Adrià Tarrida, Roberto Aresena y un servidor, Valentí Acconcia, todos emprendedores que tenemos conciliación de nuestro trabajo y nuestras vidas personales, a veces mejor y otras peor.
Empecemos con el tema de hoy que, como habéis podido comprobar, es el maravilloso mundo de la conciliación.
Madre mía o padre mío… cómo te cambia la vida cuando eres papá o mamá… Todo cambia, sé que suena a tópico, pero es que es verdad. Y en ese entorno conciliar es toda una odisea. Y eso que me considero un privilegiado por poder trabajar desde casa, cuando no tienes que perder tiempo en transporte lo puedes ganar para conciliar. Y, cuidado, la conciliación familiar no sólo es para la gente con hijos, lo es para la gente con pareja, padre, madre, hermanas o hermanos, o incluso con la familia que elegimos, los amigos.
¿No habéis pasado en ocasiones demasiado tiempo sin ver a vuestros amigos? No sé si será por la pandemia que estamos viviendo ese 2020 pero es un hecho que todos nos hemos puesto a valorar lo que más importa. Vivir, compartir experiencias con nuestros seres queridos y, en definitiva, usar nuestro tiempo en lo que verdaderamente vale la pena. Por eso es tan importante la conciliación en nuestros trabajos. Y ya sabemos que eso del equilibrio entre ocio y negocio es algo complicado cuando emprendes.
¿Y yo cómo he encontrado el equilibrio tan ansiado? Pues lo hablaremos en detalle en la sección de hoy, que lidero, pero la he encontrado trabajando desde casa. Os explico una anécdota reciente. Hoy estaba reunido con un cliente y he escuchado que mi mujer y mi hijo entraban por la puerta, mi hijo Aran lloraba. He pedido disculpas al cliente y me he acercado a la entrada. Mi mujer me ha dicho, “no pasa nada, tranquilo, ya te explicaré”, y yo he podido darle un beso a Aran y una caricia para calmarlo un poquito. ¿Podría haber hecho eso trabajando a 30 kilómetros de casa? Evidentemente no, ni tan siquiera me hubiera dado cuenta de que había pasado ese incidente. Es más, hoy he levantado a mi hijo, le he preparado el desayuno, le he cambiado un pañal y le he acompañado a la puerta cuando salía con mamá. Eso no tiene precio, no lo cambio por nada del mundo. Por eso no tengo jefe, ni jefa, ni lo tendré nunca jamás.
Y ahora, ¡vamos a por la sección de hoy!
Sección: La conciliación
La Ley de Conciliación de la Vida Familiar y Laboral surgió en España en el año 1999 (no ha llovido ni nada desde entonces). Buscaba atender a la demanda cada vez más amplia de parejas que buscaban un equilibrio entre sus obligaciones familiares (yo no las llamaría obligaciones) y profesionales. Nace, especialmente, para cuidar a las personas que a su vez cuidan de personas dependientes. Es decir, protegen el concepto de familia como núcleo en el cual nace y se educa a las nuevas generaciones.
¿Y qué medidas de conciliación se trabajan en la Ley? Pues vamos a detallarlas para saber de lo que hablamos.
- El permiso de lactancia, para hombre o mujer, en el que se permite durante 9 meses tener un tiempo a dedicar al hijo o hija. En caso de que ambos progenitores trabajen, sólo podrá disfrutarse por uno de ellos, sea hombre o mujer.
- Reducción de la jornada, que pueden solicitar las personas con hijos menores de 8 años o con personas dependientes a su cargo.
- Vacaciones no disfrutadas, con hasta 18 meses de plazo para disfrutar de vacaciones que no se hayan podido disfrutar por maternidad o lactancia.
Como vemos la Ley nos marca unas pautas para que las personas puedan disfrutar de la paternidad, la maternidad o puedan cuidar de personas dependientes. Protege, en definitiva, lo que más nos importa a los seres vivos, el poder cuidar a quienes amamos. Pero ya os adelanto que para mí la conciliación es mucho más que eso.
¿Qué significa para mí? Pues el poder equilibrar mi vida personal y profesional al máximo. No me gusta pasarme los años pensando que he estado trabajando y no he disfrutado de quienes quiero. Por eso para mí la conciliación va mucho más allá de leyes y protecciones. Es más, por el hecho de que la Ley proteja mis derechos durante los primeros años de vida de mi pequeño, eso no hará que pueda disfrutar a largo plazo de mi hijo. Para disfrutar a largo plazo hace falta marcarse unas normas propias.
¿Y cuáles son las mías? Pues vamos a verlas.
- El fin de semana no trabajo a partir de las 9:00 de la mañana del sábado. Sí, grabo mecenas.fm con Joan, lo publico, contesto algunos mails y apago el ordenador. Simplemente estoy atento a mail o WhatsApp desde el móvil por posibles urgencias con clientes.
- Trabajo en casa, pero cuando trabajo, trabajo. ¿Qué significa eso? Pues que tengo mi espacio para trabajar y lo separo del resto de la casa. Eso ya lo vimos en un episodio del podcast. Si no separas espacios te condenas a pasarte de la raya y acabar limpiando los platos cuando tienes que grabar un vídeo para YouTube.
- Mis jornadas duran hasta las 18:00 horas. Intento apagar el ordenador a esa hora y no trabajar más. Pensad que empiezo a trabajar a las 7:00 horas y que sólo hago una pausa para comer de 45 minutos. Así que trabajo 10 horas y 15 minutos por día. Y si sumamos imprevistos seguramente nos vayamos a las 11 horas por día a lo largo del año. Ya es suficiente.
- Me alejo del teléfono entre semana una vez acabo mi jornada (el fin de semana lo tengo más a mano por posibles urgencias). Así estoy por lo que tengo que estar cuando juego con mi hijo o estoy con mi mujer, o ambos.
- Hago un mínimo de 40 minutos de ocio al día, jugando a un videojuego, leyendo un cómic o un libro… por ejemplo.
- Salgo a correr 3 veces por semana un mínimo de 45 minutos por día que salgo. Además hago flexiones y abdominales cada vez que salgo a correr.
¿Son suficientes mis normas? Pues seguramente me faltan muchas para conciliar bien, pero en eso estamos. Al final se trata de conseguir que tu trabajo no se convierta en tu cárcel. Evidentemente todo es distinto si uno trabaja por cuenta ajena. Eso sin duda. Una vez uno tiene jefe, o jefa, todo puede irse al garete.
Imaginemos la típica situación de trabajar en oficina y que empecemos con reuniones imprevistas que llegan sin avisar, esas reuniones que te rompen la jornada y que tú no has pedido, ni necesitas para hacer bien tu trabajo. Eso lo he vivido con algunas organizaciones con las que colaboro. Y es un lío. Porque te rompen la planificación, que yo hago por bloques de tiempo, y hacen que acabes trabajando después de cenar. En definitiva, te rompen la planificación.
Y es que al final se trata de controlar al máximo tu destino como trabajador o trabajadora. Si trabajas para tí mismo eres capaz de controlar más esos imprevistos que no te hacen para nada ser más productivo y que por contra pueden hacerte conciliar peor.
Y recordad una cosa, nunca nada va a compensaros tanto como compartir minutos con quienes amáis. Y antes de irnos a la tumba no recordaremos aquel mail que no enviamos, aquel cliente que se enfadó por no atenderle un domingo a las 22:00 horas, o aquel comentario que se quedó pendiente de respuesta más de 48 horas. No. Recordaremos lo vivido por nosotros mismos y con quienes amamos. Esa sonrisa de nuestro hijo, ese concierto con nuestro amigo del alma o esa salida con amigos para hacer una pequeña escapada.
Y creo que ahora llega el momento de ponernos con el debate. Tengo mucha curiosidad por que me contéis cómo conciliáis y lo que opináis de todo lo que os he ido contando.
Así que, sin más, vamos a por ello
Debate
- ¿Vosotros conciliáis bien?
- ¿Qué mejoraríais de vuestra jornada para poder conciliar mejor?
- ¿La falta de conciliación os ha generado conflictos en casa?
- ¿Y el coronavirus, os ha ayudado o perjudicado?
- ¿Qué opináis de las reuniones puestas “a traición”?
Enlaces de interés
Cierre
Gracias por estar ahí, al otro lado del micro. Nos despedimos hasta el miércoles que viene a las 12:12 horas. Aunque nos podéis escuchar cuando os dé la gana, que para eso esto es un podcast.
¡Hasta el miércoles que viene os deseamos muy buenas y creativas jornadas!
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