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Bienvenidas y bienvenidos a No Tenemos Jefe o NTJ, el podcast donde hablamos de emprender con valores o de por qué un micrófono de podcasting se parece a una croqueta, ¡lo que nos dé la gana! Podemos ir de lo más técnico a lo más banal… si es que debatir sobre la forma de un micrófono es banal. 🎙
¿Y quiénes hacemos este podcast? Pues Alberto González, Adrià Tarrida, Roberto Aresena y Valentí Acconcia, todos emprendedores que nos esforzamos un montón.
Empecemos con el tema de hoy que, como habéis podido comprobar, es el esfuerzo.
¡Y llegó el día! La cultura del esfuerzo se va al garete, por lo menos en palabras del primer español que vendió una empresa a Google, ¡cosa que no es poco! Es cierto que la experiencia te da cierta perspectiva respecto a los mitos de la cultura del esfuerzo, pero ¿de verdad no hay una correlación entre esfuerzo y éxito? ¿Un titular tan fuerte como “la cultura del esfuerzo es mentira” no es también un poco peligroso? No sé, no vayamos a creer que la suerte es jugar a la Lotería cada semana a ver si toca. Lo que sí toca hoy es debate serio, así que vamos a por ello.
La sección del episodio: Esfuerzo
Este debate empieza con un artículo de El Confidencial sobre Eduardo Manchón, como decía en la intro es el primer español que le vendió una empresa a Google. La respuesta de el cofundador de Panoramio en Twitter no ha hecho más que abrir el debate.
¿Es necesario esforzarse para tener éxito emprendiendo? A ver… os cuento mi historia a ver qué opináis.
Yo dejé mi trabajo en Mediaset tras 9 años intensos. ¿Los motivos? Bueno, son varios. En primer lugar me sentía frustrado. Soy un tío muy currante, y en un entorno donde se valora igual al que llega cada día una hora antes para que su división comercial no sufra, y el que llega media hora después de la hora oficial de entrada. Pues no sé. Y no hablo sólo de calentar la silla, ojo. Hablo de que yo era productivo, y había gente cobrando un 30% más que yo sin saber formular una celda de Excel. Que vaya, necesario, necesario no era, pero bueno.
Otra cosa que me quemaba es que yo soy cero animal político. No me gusta la gente que asciende a base de sus capacidades políticas en una empresa, pero no en base a sus aptitudes. Soy un gran defensor de la meritocracia. Y eso en la empresa que me empleaba (que es lo que era, me hace gracia cuando la gente dice “mi empresa” cuando en realidad no lo es) no era lo que imperaba. Que oye, cada uno a lo suyo. No digo que lo que viví allí estuviese mal o bien. No juzgo. Simplemente, no iba conmigo.
Pues bien, al tema, que me enrollo como las persianas. El caso es que ya desde mis años en la empresa que me empleó demostré que era de esos que curraba. Que se esforzaba. Un ‘matao’, vaya. Es algo que he mamado desde casa. Siempre digo que la mejor forma de encontrar a mi madre un domingo es llamándola al despacho. Y eso no significa que no haya estado por nosotros. Igual que mi padre. Pero currantes lo son un rato. Y claro, los humanos hacemos pocas cosas bien, pero copiar se nos da de lujo. Y un hijo copia lo que ve. Supongo que así he salido yo (y mi hermano, otro currante).
¿Y qué hice tras dejar la empresa que me empleó? Pues currar, que es lo que sé. Monté, junto a Alberto y otros colaboradores y socios, la que fue la cuarta plataforma de crowdfunding en nacer en España. Me acordaré toda la vida que el día que estrenamos la versión 3.0 de la plataforma no dormimos. Y esa, lamentablemente, era la tónica. Nos levantábamos pronto, nos acostamos tarde, el WhatsApp no paraba, las lluvias de ideas no paraban… Y así del 2011 al 2014. Justo cuando cerramos la plataforma. ¿De qué nos sirvió tanto esfuerzo? Pues a Alberto para ser un referente en el desarrollo de plataformas de crowdfunding español. Y a mí, según dicen, para ser el referente en consultoría de crowdfunding en España.
Pero vaya, que lo del esfuerzo no se acaba aquí. Hoy en día género 7 vídeos a la semana (que publico en YouTube, Instagram, LinkedIn, Facebook y Twitter), 2 clases online premium para mis suscriptores, un post en mi blog y dos capítulos de podcast. Eso cada semana. Además de las consultorías (hasta 4 al día), las charlas (soy profesor en Elisava, Barcelona Activa y colaborador en diversas universidades) y de ser papá de un peque de 19 meses (a punto de 20 ya). Casi nada, lo digo y me pilla vértigo.
Salgo a correr tres veces por semana, me da tiempo para disfrutar con familia y amigos, e incluso a jugar a algún videojuego. ¿Cómo lo hago? Organizándome y trabajando duro. Así que a mi no me pueden decir que la cultura del esfuerzo no sirve para nada. Eso sí, hay que organizarse y enfocar energías. Darse de golpes contra una pared muchas veces no la romperá, aunque te esfuerces.
Preguntas
- ¿Os esforzáis?
- ¿Estáis de acuerdo en que el esfuerzo está sobrevalorado?
- ¿Qué opináis de la cultura del pelotazo?
- ¿A qué saben las nubes?
Gracias por estar ahí, al otro lado del micro. Nos despedimos hasta el miércoles que viene a las 12:12 horas. Aunque nos podéis escuchar cuando os dé la gana, que para eso esto es un podcast.
¡Hasta el miércoles que viene, os deseamos muy buenas y creativas jornadas!
Enlaces del episodio
- Picasso: “La inspiración tiene que encontrarte trabajando”.
- Eisenhower: “Un plan no es nada, pero la planificación lo es todo”.
- Bernard von Moltke: “Ningún plan resiste su contacto con el enemigo”.
- Explorar y explotar.
- La regla de las 10.000 horas.
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