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Bienvenidas y bienvenidos a NTJ o No Tenemos Jefe, el podcast donde hablamos de emprender con valores o autoexigencia ¡lo que nos dé la gana! Podemos ir de lo más técnico a lo más banal… si es que hablar de exigirse un poquito a uno mismo es banal.
¿Y quiénes hacemos este podcast? Pues Alberto González, Adrià Tarrida, Roberto Aresena y un servidor, Valentí Acconcia, todos emprendedores autoexigentes.
Empecemos con el tema de hoy que, como habéis podido comprobar, es la autoexigencia y como se ha visto afecta en un cambio profesional.
Siempre me he considerado un tipo con una autoexigencia alta. De hecho, de pequeño me castigaba solo. Sí, como lo escucháis. Cuando había hecho algo mal mis padres no tenían que castigarme, subía solo a mi habitación y me encerraba. Fijaos lo cómodo que debía ser para mis padres. En fin. Era un niño un poco extraño, supongo que igual de extraño que soy ahora de adulto.
El caso es que en mi camino emprendedor he seguido con la misma dinámica. Perfeccionismo y autoexigencia me han acompañado en el camino. Siempre intentando que el perfeccionismo no me paralizase pero, a la vez, logrando que la autoexigencia me impulsase. Siempre he visto muchas similitudes entre emprender y entrenar saliendo a correr o haciendo cualquier actividad física.
Y yo corro.
Esto de salir a correr es divertido en verano. Como ocurre con la operación bikini y los gimnasios, las calles se llenan de “runners” de primavera-verano. En los gimnasios pasa igual, en mayo y junio ves caras que luego nunca más vuelves a ver. Pero, ¿sabéis qué demuestra la autoexigencia en el mundo de los corredores amateurs? Pues salir a correr en Diciembre o enero, a pocos grados de temperatura y de noche. Si te levantas aunque sea 1 día a la semana a las 6 de la mañana a correr, no dejarás de hacerlo mientras tu cuerpo aguante.
Y de eso va la autoexigencia. De no rendirse, de superarse, de no dejar que la gravedad o las adversidades te dejen pegado a tu cama o en el suelo tirado tras un traspiés emprendedor.
Por eso hoy hablamos de todo ello, con el gran Alberto González liderando el episodio.
¡Vamos allá!
Sección
La sección de esta semana es sobre la autoexigencia pero no quiero enfocarla solo a nosotros como emprendedores sino concretamente a mi experiencia de cambio profesional. Para la audiencia que no lo sepa, llevo 1 mes como CTO en la Escuela de la memoria y ha sido todo un reto el cambio profesional. Llevo mucho años de autónomo montando proyectos, eso ya lo sabéis y después de vender mi empresa y no tener suerte con los siguientes proyectos encontré de casualidad esta oportunidad de cambio profesional y me tiré de cabeza a la piscina. Tengo que deciros que soy muy feliz aquí pero no es un episodio sobre mi felicidad sino de cómo me he adaptado y es que cuando uno se transforma en emprendedor y empiezan a pasar los años, los proyectos, y van saliendo canas, uno se vuelve muy autoexigente con lo que hace. Creo que a veces nos pasamos de frenada y terminamos en una espiral trabajo infinito. ¿Qué sentido tiene echar 10-12h al día?
La cuestión es que en esta nueva aventura entro en el proyecto de otro, y vengo como un perfil senior para poder ver cómo podemos elevar al máximo (en la parte tecnológica) el negocio. Y tengo que ser sincero, al principio me flipaba. Iba con velocidad emprendedora de “corre corre corre venga venga venga” y no funciona así. Llevo 1 mes y siento que he aprendido mucho a modo de curita de humildad. Nos pensamos que tenemos que hacerlo todo rápido y meter cien mil horas porque sí cuando en realidad con unos buenos objetivos y organización puedes trabajar tranquilamente y las cosas van saliendo bien poco a poco.
Estoy aprendiendo a disfrutar del trabajo de otra manera. No penséis que estoy vagueando, una cosa es exigirte una calidad y otra es pasarte tres pueblos, creo que me entendéis. Busco dar lo mejor de mí en cada cosa que hago pero estoy aprendiendo a no quemarme como antes.
Os pongo un ejemplo: yo cuando contrataba personas en MilloLab me ponía de los nervios porque les hacía a mis empleados un onboarding y notaba que les costaba adaptarse al stack de comunicación de Slack, calendarios, etc. Ahora con el tiempo me he dado cuenta que el problema era yo que iba revolucionado con la autoexigencia de tener el equipo mega pro. Aquí en escuela de la memoria llevo 1 mes y estamos empezando a implantar Slack ahora en el equipo técnico y no ha pasado nada. Todo fluye porque lo más importante es tener claros los objetivos. Aquí funcionamos con el sistema de Google de OKRs pero ya hablaremos de eso si queréis en otro episodio. Básicamente con tener claro hacia dónde va el barco el resto es menos importante.
En resumen, vivo más tranquilo trabajando tranquilamente de lunes a viernes en un trabajo que me gusta, aprendiendo y creando producto sin prisas y con libertad creativa y de jornada.
Debate y preguntas
- ¿Sois autoexigentes?
- ¿Somos autoexigentes porque somos emprendedores o viceversa?
- ¿Cómo lleváis los cambios profesionales?
- Para los que tengáis niños (y los que penséis tener en un futuro): ¿cómo cultiváis su autoexigencia?
Enlaces
Cierre
Gracias por estar ahí, al otro lado del micro. Nos despedimos hasta el miércoles que viene a las 12:12 horas. Aunque nos podéis escuchar cuando os dé la gana, que para eso esto es un podcast.
¡Hasta el miércoles que viene, os deseamos muy buenas y creativas jornadas!
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