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Bienvenidas y bienvenidos a NTJ o No Tenemos Jefe, el podcast donde hablamos de emprender con valores o de cómo adelantar por la derecha y sin frenos, ¡lo que nos dé la gana! Podemos ir de lo más técnico a lo más banal… si es que hablar de cómo algunos hacen el salvaje (conduciendo o emprendiendo) es un tema banal.
¿Y quiénes hacemos este podcast? Pues Alberto González, Adrià Tarrida, Roberto Aresena y un servidor, Valentí Acconcia, todos emprendedores con cabeza como para no hacer salvajadas (aunque Al haga el salto del tigre).
Empecemos con el tema de hoy que, como habéis podido comprobar, es si debemos o no tomar el carril rápido para emprender y tener éxito. Si es que dicho camino existe.
Tengo que reconocerlo, no creo en los atajos. Es un tema de personalidad. Pero si fuese algo intrínseco al emprender el hecho de creer en atajos, yo no sería emprendedor, y a las pruebas me remito. Así que puedo definirme como un emprendedor al que no le van los atajos. Y cuando alguien me habla de resultados rápidos y sin esfuerzo, directamente no le creo.
Es cierto aquello de que la suerte y la inspiración existen. También es cierto aquello de que sin trabajo es difícil o imposible tener suerte o que te venga la inspiración. Pero a pesar de que todos pensamos en que estas frases son ciertas, la realidad es que la mayoría creemos que nos va a tocar la lotería cuando empezamos un proyecto.
Sí, lo creemos, pensamos que será todo más fácil de lo que realmente va a ser. Quizás es un sistema de defensa para no pensar en lo que vamos a sacrificar, ya que si lo pensamos directamente es posible que no empecemos a emprender. Pero la realidad demuestra en la mayoría de casos que los atajos no existen. Que en un año no te compra Google, o que los inversores creen en los proyectos hechos con pasión, buen equipo y unas ganas locas de comerse el mundo y que los compre Facebook. Mentira. Es mentira.
La realidad es que el trabajo duro es condición necesaria pero no suficiente para el éxito. Y en ese no suficiente es donde está la clave. Es decir, te puedes romper el lomo trabajando toda tu vida en un proyecto y no ver en ningún momento un crecimiento exponencial de tu proyecto. Que nadie venga a comprarte tu empresa. Ni tan siquiera puede que llegues a ver sobrevivir a tu proyecto más allá de los 3 años.
Por eso hoy hablamos de los atajos. Para hacerse millonario, para triunfar o para ligar en la discoteca. ¿Existen? ¿Son lícitos? ¿O son simple humo? Vamos a verlo con Adrià de director de orquesta.
Sección
Hacía tiempo que no os hablaba de un libro. Y el de hoy, me resistí a leerlo durante mucho tiempo, porque el título me chirriaba mucho. The Fastlane Millionaire del autor MJ DeMarco. Algo así como el carril rápido para ser millonario. Es más, mis sospechas se confirmaron cuando lo leí: el lenguaje muy típico americano, casi que si eres pobre es por tu culpa, y ya sabemos que eso no es cierto. Y muchas analogías y acrónimos forzados, relacionados con coches absurdos (de lo caros que son). Pero, no temáis, si os hablo de él es porque vale la pena.
Por cierto, hice un experimento para ver si me ayudaba a acordarme de más detalles de lo que leía. Y es el siguiente: compré la versión Kindle y la de audiolibro en Audible. Básicamente, mientras vas escuchando el audio, te va destacando las palabras.
Tuve mala suerte porque el audio era de una edición más antigua que la versión Kindle (que tenía ejemplos sobre blockchain, y sitios webs más actuales), así que más que ayudarme, creo que tener las dos versiones me distraía. De momento no voy a repetir el experimento pero fue interesante…
Pero bueno, vamos al lío, que el libro tiene varios puntos muy interesantes.
- El primer punto es que tenemos que evitar el carril lento. El autor nos comenta que uno se puede hacer rico rápido, si consideramos rápido de 5 a 10 años. El problema de los vendehumos es que nos intentan convencer de que es posible hacerlo de manera fácil. El carril lento es el que la sociedad nos ha hecho creer: trabaja 40 años de tu vida, ahorra un poquillo e inviertelo en fondos indexados en la bolsa, confía en el sistema de pensiones (jaja) y cuando ya hayan pasado los mejores años de tu vida, podrás disfrutar de tu jubilación, con tus problemas de salud varios. La solución es el carril rápido.
- Tenemos que cambiar el chip: nos venden que el éxito es un evento, un punto específico en el tiempo, cuando en realidad es un proceso que lleva mucho tiempo.
- No debemos construir un negocio, debemos construir una marca.
- Hablemos de ‘money trees’ que se podría traducir como árboles donde crece el dinero. En inglés es la típica frase que las madres dicen a sus hijos. Conversación típica:
- Hijo adolescente: papá, cómprame el iPhone 13 Pro.
- Padre: qué te crees, que el dinero crece en los árboles?
Pues el autor nos comenta que, si definimos un árbol del dinero como un sistema de negocio que sobrevive por si solo y que solo requiere que lo vayamos regando y podando de vez en cuando. Y además, hay 5 tipos de estos sistemas:
- Sistemas de alquiler
- Sistemas de distribución (marketplaces)
- Sistemas de software
- Sistemas de contenido
- Sistemas de recursos humanos
- Cambia la mentalidad de consumidor a productor: la sociedad nos ha educado para ser consumidores: qué quieres para tu cumpleaños? Debemos cambiar nuestra mentalidad a productor. Además de ayudarte a construir un árbol del dinero, nos va a ayudar a ver oportunidades en todos los lados.
- Muestra compromiso, no solo interés: para estar en el carril rápido tienes que hacer cosas que otra gente no está dispuesta a hacer. Y tienes que enfocarte mucho. Ser ‘monógamo’ mientras haces crecer tu árbol de dinero. Y cuando ya hayas acumulado lo suficiente, ya puedes ser ‘poligamo’. Trabajar duro no tiene porque implicar sufrimiento, puede ser divertido. Es prácticamente imposible hacerte rico sin trabajar duro. Si sólo trabajas en un proyecto media hora al día no es un negocio, es un hobby. Y no pasa nada, eh? Todos tenemos hobbies.
- Y acabamos con lo que más me gustó del libro. Los cinco mandamientos. No nos van a garantizar el éxito, pero nos va a ayudar mucho. Para hacerte rico no hace falta cumplir los 5, pero es muy recomendable. Valentí, voy a necesitar un gong o algo…
- El mandamiento de la necesidad: La razón por la que las startups fracasan es que no están satisfaciendo una necesidad. No deberías empezar una startup de manera egoísta, sino generosa, solucionando un problema para tus clientes.
- El mandamiento de entrada: Debemos construir un negocio con una barrera de entrada alta. Cuando más baja sea la barrera, más competición va a haber (YouTube, podcasts, blogs, tik tok).
- El mandamiento del control: Debes controlar los precios, la calidad de tu producto, los canales de distribución y comunicación… por ejemplo, YouTube o ser vendedor de una empresa de márketing multinivel.
- El mandamiento de escala: Una peluquería no es escalable. Una cadena de peluquerías sí. Para amasar millones de dólares, hay que impactar a millones de personas (o tener unos márgenes altísimos).
- El mandamiento del tiempo: Se tiene que separar el tiempo y el dinero. Consultoría por ejemplo violaría este mandamiento.
Debate y preguntas
- ¿Qué os parece? ¿Existe el carril rápido? ¿Y el fácil?
- ¿Os atrevéis a hacer algo un poco radical? Vemos los 5 mandamientos para una idea de negocio que tengamos. Si dicha idea no cumple un mandamiento, hacemos brainstorming juntos de cómo se podría cambiar. ¿Os atrevéis?
- Pequeña introducción: ¿Qué idea es?
- El test de los cinco mandamientos. ¿Qué podemos hacer para que nuestra idea los cumpla más a rajatabla?
Enlaces
Cierre
Gracias por estar ahí, al otro lado del micro. Nos despedimos hasta el miércoles que viene a las 12:12 horas. Aunque nos podéis escuchar cuando os dé la gana, que para eso esto es un podcast.
¡Hasta el miércoles que viene, os deseamos muy buenas y creativas jornadas!
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